Nos enseñaron a buscar un amor dependiente.
Nos enseñaron hasta anhelar esa dependencia, como si fuese un objetivo o una meta. Es casi como si fuese el propósito de la vida.
Hay miles de poemas y canciones que nos repiten “sin ti no soy nada,” “ nada valgo sin tu amor,” “ mi vida no es vida sin ti” ... en fin, todos las hemos escuchado estas frases mil veces.
La sociedad nos vende la idea que nos toca buscar el alma gemela, la media naranja o nuestra otra mitad.
Nos hacen creer que estamos rotos, que tenemos que arreglarnos y que nos falta algo desde que nacemos.
Lo peor es que lo creemos.
Vivimos en un completo sufrimiento por sentirnos incompletos. Esto lleva a la búsqueda de esta persona que nos va hacer completos y por ende felices. Pasamos años buscando en todas las personas que nos cruzan en el camino a ver quien puede lograr completarnos.
Hemos desarrollado patrones de comportamiento para buscar amor. Muchos de estos patrones buscan recibir amor por medio de la manipulación y la dependencia. Sin embargo estos comportamientos nos dejan sintiéndonos más vacíos.
Si continuamos buscando en otros lo que está adentro nuestro, seguiremos sintiéndonos incompletos.
Para sentir nuestra plenitud se mira adentro. Nuestro ser, se siente adentro.
Tu eres la otra media naranja.
Tu eres tu propia luz.
Tu eres la parte que buscas en otros. Ya vive en ti.
Cuando se llega a la comprensión que estamos completos, que no hay mitad faltante es cuando más podemos compartir nuestro ser con otros por que no estamos llenado vacíos.
Al sentirnos completos realmente podemos DAR.
Eso es llegar al verdadero amor.